
El mantenimiento preventivo es un conjunto de acciones programadas que se realizan de forma periódica con el objetivo de conservar en óptimas condiciones los equipos, instalaciones y sistemas de un inmueble, evitando fallas, deterioros y reparaciones costosas. Estas actividades incluyen inspecciones, limpieza, ajustes, lubricación, pruebas de funcionamiento y reemplazo de piezas desgastadas. Se aplica a áreas como electricidad, plomería, climatización, estructuras, pintura y equipos electromecánicos. El mantenimiento preventivo contribuye a alargar la vida útil de los activos, mejorar la seguridad y reducir tiempos de inactividad operativa.